domingo, 14 de febrero de 2010

"Comiendo poesía", de Mark Strand

Tinta corre de las comisuras de mi boca.
No hay nadie más feliz que yo.
Estuve comiendo poesía.

La bibliotecaria no puede creer lo que ve.
Sus ojos están tristes
y camina con las manos sobre el vestido.

Los poemas se fueron.
La luz es tenue.
Los perros están en las escaleras del sótano y subiendo.

Ruedan sus globos oculares
sus piernas rubias queman como cepillos.
La pobre bibliotecaria empieza a patear y a llorar.

No entiende.
Cuando caigo de rodillas y lamo su mano,
grita.

Soy un hombre nuevo.
Le gruño y aúllo.
Retozo de alegría en la libresca oscuridad.

No hay comentarios: