Lo que una chica llamó “lo diario de la vida”
(agregando una carga a tu carga. Diciendo
“ya que estás aquí...” haciéndote un medio para
un medio para un medio para) es agua de pozo
bombeada de un viejo pozo en el fondo del mundo.
La bomba con la cual bombeas el agua está corroída
y difícil de mover y absurda, una rueda de ardilla
que una ardilla enferma torna lentamente, a través de
las soleadas, inexorables horas. Y aún así a veces
la rueda gira por su propio peso, la corroída
bomba bombea sobre tu cara sudando clara agua
fría, tan fría! Haces una copa con las manos
y sorbes de ellas lo diario de la vida.
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