Mi madre vio al sapo arbóreo verde
en el marco de la ventana
el primero
desde que era joven.
Lo vimos respirar
e hincharse redondo.
Mi juventud no es señal segura
de que encontraré este tipo de cosas
aunque sí canta.
Entrémoslo
dije para que lo viera mi abuela
pero no pudo
cambió a pardo
y el pueblo
nos cambió a nosotras, también.
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