Un chico llegó a la calle y allí había una chica.
“Hola”, dijeron al pasar, y entonces no pasaron.
Empezaron a imaginar. Imaginaron toda la noche
y se despertaron imaginando lo que el otro imaginó.
Después se despertaron sin necesidad de imaginar.
Estaban juntos. Siguieron caminando juntos.
Una vez despiertos una hija que se levantó
y se fue buscando algo sin mirar atrás.
Pero se tenían entre sí. Entonces uno murió.
No importa cuál. Cualquiera. El otro
trató de imaginar morir, y en realidad no pudo,
pero murió después, quizá para averiguar
aunque probablemente no. No todo lo que pasa
es una experiencia de aprendizaje. Quizá nada lo es.
the quiet life
j.p pereira
miércoles, 15 de noviembre de 2017
"Desposeimiento", de Lorine Niedecker
Díganles que boten mis paredes desnudas
mis pilares de cemento
sus partes pertinentes
y su cláusula de garras
déjenme la tierra
arañen: la tierra
que prosa y propiedad mueran ambas
y me dejen paz.
mis pilares de cemento
sus partes pertinentes
y su cláusula de garras
déjenme la tierra
arañen: la tierra
que prosa y propiedad mueran ambas
y me dejen paz.
"[Mi madre vio al sapo verde arbóreo]", de Lorine Niedecker
Mi madre vio al sapo arbóreo verde
en el marco de la ventana
el primero desde que era joven.
Lo vimos respirar
e hincharse redondo.
Mi juventud no es señal segura
de que encontraré este tipo de cosas
aunque sí canta.
Entrémoslo
dije para que lo viera mi abuela
pero no pudo
cambió a pardo
y el pueblo
nos cambió a nosotras, también.
en el marco de la ventana
el primero desde que era joven.
Lo vimos respirar
e hincharse redondo.
Mi juventud no es señal segura
de que encontraré este tipo de cosas
aunque sí canta.
Entrémoslo
dije para que lo viera mi abuela
pero no pudo
cambió a pardo
y el pueblo
nos cambió a nosotras, también.
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